Elvira está más débil debido a la presión y estrés a la que está sometida en las últimas semanas por la amenaza del derribo de la vivienda colindante a la de Elvira. Tened en cuenta que está pendiente del mismo para salir o no corriendo… y aún no sabemos dónde, ni cómo. Estamos en ello pero no es nada fácil, además de costoso en tiempo, recursos y dinero.
Por dos veces los propietarios de ese emplazamiento han intentado iniciar dicho derribo y por dos veces se han podido parar gracias a las intervenciones de Elvira y sus familiares denunciando un posible perjuicio en la salud de los trabajadores y vecinos, por no tenerse en cuenta en el derribo y nueva edificación, una posible contaminación de amianto en la propia estructura del edificio y parcela.
Para parar el derribo también fue imprescindible la presencia de los medios de comunicación que se hicieron eco de la situación.
Y también fue decisiva la presencia durante el segundo día de intento de derribo de un técnico del INVASSAT ( Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo ).
Todo ésto hizo que finalmente se tomaran catas del edificio para evaluar su contaminación o no y condicionar el modo de derribo y nueva edificación al resultado de las mismas.
A destacar durante los intentos de derribo la ausencia de algún representante con competencias en el asunto de Inspección de Trabajo del Ministerio, ni del Ayuntamiento de Alboraya, a quienes les habíamos advertido tanto por registro de entrada (por dos veces y fechas antes del primer intento de derribo) como presencialmente de la posible contaminación.
Por varias fuentes nos han comunicado que el resultado de dichas catas ya se conoce y que han demostrado la contaminación de amianto, por lo cual el derribo deberá demorarse hasta que se presente un plan específico ad hoc ante las autoridades competentes y éstas den su visto bueno.
Lamentablemente no tenemos confirmación formal de las catas y de cuándo se procederá de nuevo al derribo y se iniciarán las obras de nueva edificación con las medidas oportunas para asegurar la salud de los trabajadores y vecinos. No sabemos si ahora Elvira dispone de 10 días, 20, 30, 45, o 60 días, y ello nos genera una enorme intranquilidad, pues nos fuerza a estar preparados en cualquier momento para su evacuación.
¡Con lo fácil y humano que sería concretar las fechas con suficiente antelación para planificar una evacuación de por si compleja!
Al menos estamos contentos porque nuestras denuncias e insistencias han servido para que los trabajadores de la obra y los vecinos, incluida obviamente Elvira, no se hayan visto perjudicados por una actuación que les hubiera podido exponer al amianto, con tosas sus consecuencias. Además de evitar que dichos escombros hayan ido a cualquier vertedero y no a los específicos para estos casos.